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Se estima que 1 de cada 2,000 niños que nacen cada año tienen un trastorno del desarrollo sexual (TDS). Los TDS incluyen un grupo de unas 60 afecciones en las que el sexo biológico de un niño (masculino o femenino) no está claro. Muchas personas con TDS prefieren el término “diferencia del desarrollo sexual” en lugar de “trastorno”. El término “trastorno” puede implicar una connotación negativa en lugar de la variación genética natural que experimentó el niño.
Un TDS es una afección en la que los cromosomas (material genético o ADN) y la apariencia genital del niño no coinciden. Los TDS pueden aparecer en la primera infancia, la niñez o la pubertad.
En las primeras semanas de embarazo, los varones y las mujeres se ven idénticos. A medida que avanza el embarazo, los genes comienzan a interactuar con las hormonas (sustancias químicas) para comenzar el desarrollo sexual. Para que un niño desarrolle un TDS, puede ocurrir una de las siguientes cosas:
Es importante comprender que un padre o un hijo no “causan” el desarrollo de un TDS. Los padres no tienen control sobre los genes que heredan y transmiten a sus hijos ni sobre cualquier afección del desarrollo que pueda tener un niño. Los niños con TDS necesitan amor y aceptación incondicional, como cualquier otro niño.
Tratamos todos los TDS, incluidos:
Los niños con TDS podrían necesitar atención de un equipo de especialistas pediátricos de muchas áreas, que incluyen:
El tratamiento depende del tipo de TDS que tenga su hijo. El tratamiento puede incluir terapia de reemplazo hormonal, apoyo emocional y psicosocial, y cirugía.
Cirugía
La cirugía depende del tipo de TDS. Para algunos, la cirugía puede ser necesaria y para otros, puede ser un procedimiento electivo (opcional).
Terapia hormonal
Para controlar un TDS, su hijo podría tener que tomar un medicamento todos los días para mantener niveles hormonales adecuados. Estos medicamentos pueden incluir: