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Las bacterias u hongos pueden ingresar al cuerpo y causar infecciones en los huesos y las articulaciones, llamadas “infecciones musculoesqueléticas”, “infecciones óseas” o “infecciones articulares”. Estas afecciones ocurren con mayor frecuencia en niños menores de 5 años. Los especialistas en enfermedades infecciosas pediátricas certificados del servicio de enfermedades infecciosas de Norton Children’s, afiliado a la Facultad de Medicina de la UofL, evalúan y tratan las infecciones de los huesos y las articulaciones en niños.
El tratamiento de las infecciones de los huesos y las articulaciones en niños es importante porque las afecciones pueden:
Una infección ósea, u osteomielitis, por lo general se debe a una infección bacteriana. Las infecciones óseas en niños con mayor frecuencia son causadas por una bacteria llamada Staphylococcus aureus. Recibe el nombre de “infección por estafilococos”. La infección por estafilococos se transmite a través de la sangre al rico suministro de sangre en los huesos en crecimiento de un niño.
Además de las infecciones por estafilococos, otros tipos de bacterias pueden causar infecciones óseas, entre ellas:
La mayoría de las veces, el sistema inmunitario del cuerpo puede detener estas infecciones. Sin embargo, si hay demasiadas bacterias en la sangre, pueden afectar los huesos.
Los síntomas más comunes que ocurren con las infecciones óseas en los niños incluyen dolor intenso e hinchazón en el área infectada. Otros síntomas de infección ósea pueden incluir:
Los especialistas en enfermedades infecciosas pediátricas del servicio de enfermedades infecciosas de Norton Children’s pueden crear un plan de tratamiento para un niño en función de su edad, historia clínica y estado de salud actual. Los tratamientos para las infecciones óseas pueden incluir:
Al igual que con las infecciones óseas, las infecciones bacterianas que causan infecciones articulares, también llamadas “artritis séptica”, generalmente llegan a las articulaciones a través del torrente sanguíneo. Una infección ósea también puede pasar a una articulación, generalmente en la cadera, el hombro, el codo o el tobillo.
El síntoma más común de una infección articular es el dolor extremo cuando el niño mueve la articulación afectada. La articulación también puede estar caliente, hinchada y sensible.
Los especialistas en enfermedades infecciosas pediátricas del servicio de enfermedades infecciosas de Norton Children’s pueden crear un plan de tratamiento para un niño en función de su edad, historia clínica y estado de salud actual. Una infección articular debe tratarse para evitar que se convierta en una afección a largo plazo. Los antibióticos son el primer tratamiento habitual y se pueden administrar a través de las venas por vía intravenosa. Con las infecciones articulares, una intervención quirúrgica podría ser necesaria para drenar la articulación y evitar daños. También se podría necesitar fisioterapia para ayudar al niño a recuperar el movimiento en la articulación, ya que puede volverse rígida rápidamente.