Reflujo urinario (reflujo vesicoureteral)

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El reflujo urinario, también llamado “reflujo vesicoureteral (RVU)”, describe el flujo de orina hacia atrás a través de los uréteres que van desde los riñones hasta la vejiga. El reflujo urinario puede estar presente al nacer (primario) o desarrollarse a medida que el niño crece (secundario).

El reflujo urinario primario es más común que el secundario. Los niños que nacen con reflujo urinario tienen un defecto en la válvula que debe impedir que la orina salga de la vejiga hacia los uréteres. Los niños a menudo superan el reflujo urinario primario a medida que los uréteres se vuelven más largos y rectos. Sin embargo, el reflujo urinario puede causar daño renal permanente.

Los urólogos pediátricos del servicio de urología de Norton Children’s, afiliado a la Facultad de Medicina de la UofL, cuentan con especialización y experiencia para brindar atención urológica a niños y adolescentes. Los urólogos de Norton Children’s aportan habilidad, respeto y sensibilidad para atender las necesidades urológicas de su hijo.

Factores de riesgo del reflujo urinario

La edad, el sexo asignado al nacer y los antecedentes familiares son tres de los factores más importantes que se usan para determinar el riesgo de reflujo urinario de un niño. Los niños menores de 2 años tienen muchas más probabilidades de tener la afección que los niños mayores. El reflujo urinario primario afecta con más frecuencia a los pacientes asignados como varones al nacer, pero el reflujo urinario secundario es más común entre pacientes asignadas como mujeres al nacer. Aproximadamente 1 de cada 4 hermanos de niños con la afección también la tienen. Aproximadamente 1 de cada 3 niños con la afección tienen un padre que también la tuvo.

La cicatrización renal, la hipertensión y la insuficiencia renal son las complicaciones más graves del reflujo urinario. La complicación más común es una infección de las vías urinarias (IVU).

Diagnóstico del reflujo urinario

Una prueba de cistouretrografía miccional (CUM) usa catéteres y radiografías para mostrar cualquier flujo de orina irregular y ayudar a diagnosticar el reflujo urinario.

Tratamiento del reflujo urinario

El tratamiento del reflujo urinario puede incluir cambios de comportamiento, medicamentos y cirugía para prevenir daños en los riñones. El urólogo pediátrico de su hijo trabajará con usted y le recomendará la mejor opción de tratamiento teniendo en cuenta los antecedentes de salud, la edad y otros factores de su hijo.

  • Los antibióticos ayudan a prevenir el crecimiento de bacterias y las infecciones. Estos no eliminan el reflujo urinario, pero pueden mantener saludable al niño mientras supera la afección.
  • Las inyecciones volumétricas refuerzan la pared de la vejiga para ayudar a impedir que la orina vuelva a subir por los uréteres.
  • Los cambios de comportamiento pueden ser efectivos para prevenir las infecciones de las vías urinarias (IVU). Estos cambios pueden incluir:
    • Beber más líquidos
    • Vaciado regular de la vejiga
    • Cambios frecuentes de pañales para evitar la propagación de bacterias
    • Limpiar los genitales de adelante hacia atrás
  • La cirugía podría ser necesaria para niños con infecciones urinarias graves o repetidas que resultan del reflujo urinario. Las opciones incluyen cirugía endoscópica mínimamente invasiva o cirugía abierta convencional. La operación tendrá como objetivo fortalecer la capacidad de la vejiga para evitar que la orina vuelva a entrar en los uréteres y los riñones.

Síntomas de IVU en bebés

  • Fiebre prolongada
  • Comportamiento aletargado
  • Diarrea
  • Pérdida de apetito prolongada
  • Vómitos que son más frecuentes o intensos de lo normal

Las IVU en los bebés pueden ser más difíciles de advertir. Si cree que su bebé o hijo puede tener una IVU, consulte al proveedor de atención médica de su hijo para asegurarse de que la afección no empeore.

Síntomas de IVU en niños

  • Ganas frecuentes de orinar
  • Sensación de ardor al orinar
  • Sangre u olor fuerte en la orina
  • Pérdida de control de la vejiga
  • Fiebre.
  • Dolor en el abdomen o en la parte baja de la espalda

Las IVU no tratadas pueden provocar infecciones renales, que pueden causar cicatrices permanentes en los riñones.

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