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La reparación biventricular es un procedimiento complejo que puede tratar un ventrículo derecho o izquierdo pequeño que no es lo suficientemente grande o fuerte para funcionar normalmente. Los niños con estas anomalías pueden ser abordados de diferentes maneras. Algunos de estos pacientes necesitan una serie de cirugías a corazón abierto: una cirugía inicial al nacer para generar flujo de sangre tanto al cuerpo como a los pulmones, y luego los procedimientos de Glenn y Fontan. Esto se conoce como “vía del ventrículo único” y se realiza porque el segundo ventrículo pequeño no es lo suficientemente grande para bombear la sangre necesaria para satisfacer las necesidades del organismo.
Otros pacientes con un ventrículo derecho o izquierdo en el límite (pequeño) pueden tratarse de manera diferente. Si se cree que ambos ventrículos son lo suficientemente grandes para funcionar cada uno por sí solo, los cirujanos inicialmente considerarán una reparación biventricular compleja o una conversión biventricular después de la cirugía inicial del neonato. Esto significa que el paciente tendrá dos ventrículos y dos circulaciones separadas, como un corazón normal.
Los especialistas certificados del Norton Children’s Heart Institute, afiliado a la Facultad de Medicina de la UofL, pueden determinar cuándo una reparación biventricular o una conversión biventricular es adecuada para su hijo. En los casos en los que no sea adecuada, podrán analizar y ofrecer las cirugías a corazón abierto alternativas más apropiadas para tratar la cardiopatía congénita de su hijo.
Los tipos de reparaciones biventriculares incluyen:
A la mayoría de los niños que se someten a un procedimiento de conversión o reparación biventricular les va muy bien. Las perspectivas a largo plazo para estos niños siguen mejorando. A menudo tienen más resistencia, mejor calidad de vida y menos complicaciones a largo plazo que los niños que se someten a la serie de operaciones asociadas con las reparaciones del ventrículo único.
Su hijo necesitará atención de seguimiento de por vida con un cardiólogo para estar atentos a posibles complicaciones.