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La atresia tricuspídea es una anomalía cardíaca congénita en la que la válvula tricúspide del corazón no se desarrolla. Esto significa que la sangre no puede circular desde la aurícula derecha del corazón (cavidad receptora superior) hacia el ventrículo derecho (cavidades de bombeo inferior) como debería. Debido a esto, el ventrículo derecho no se desarrolla adecuadamente antes del nacimiento. Por lo tanto, el niño tendrá un solo ventrículo izquierdo funcional como única forma de bombear sangre al cuerpo y a los pulmones.
Porque somos proveedores líderes de cuidados cardíacos pediátricos en Louisville y el sur de Indiana, los cirujanos cardiotorácicos del Norton Children’s Heart Institute, afiliado a la Facultad de Medicina de la UofL, tienen experiencia en el tratamiento exitoso de la atresia tricuspídea.
Los especialistas certificados del Norton Children’s Heart Institute tienen las habilidades y la experiencia para proporcionar un diagnóstico preciso y desarrollar un plan de tratamiento personalizado para usted y su hijo.
En un corazón con atresia tricuspídea, hay tejido sólido entre la aurícula derecha y el ventrículo derecho en lugar de la válvula tricúspide. La sangre no puede pasar por la válvula tricúspide y la pared que separa los lados derecho e izquierdo del corazón no se forma por completo, creando una comunicación interventricular. En la mayoría de los bebés con atresia tricuspídea, el corazón tiene dos orificios: una comunicación interauricular (CIA), un orificio entre la aurícula derecha y la aurícula izquierda, y una comunicación interventricular (CIV), un orificio entre el ventrículo derecho y el ventrículo izquierdo.
La sangre desoxigenada pasa por el orificio de la aurícula derecha hacia la aurícula izquierda, donde se mezcla con la sangre oxigenada. El ventrículo izquierdo bombea la mayor parte de la sangre mezclada hacia el cuerpo, pero parte de ella pasa por la CIV y el ventrículo derecho hacia los pulmones.
El tratamiento para la atresia tricuspídea puede mejorar la afección del bebé, pero no puede hacer que el corazón funcione como si no tuviera una anomalía. Un niño que nace con atresia tricuspídea verá regularmente a un cardiólogo pediatra durante la niñez y en la edad adulta.
Un bebé que nace con atresia tricuspídea a menudo tiene síntomas graves poco después del nacimiento porque el flujo de sangre a los pulmones es mucho más bajo de lo normal.
Un recién nacido con atresia tricuspídea generalmente:
La atresia tricuspídea ocurre cuando se forma el corazón, muy temprano en el embarazo. Nadie sabe por qué la válvula no crece normalmente.
Es más probable que un bebé tenga atresia tricuspídea dadas las siguientes condiciones:
Tener uno o más factores de riesgo no quiere decir que un bebé tendrá atresia tricuspídea. La atresia tricuspídea también puede ocurrir sin ningún factor de riesgo.
La atresia tricuspídea a veces se detecta en una ecografía antes del nacimiento. Un ecocardiograma fetal puede brindar más información y ayudar al equipo de parto a planificar el tratamiento.
Generalmente se hace una oximetría de pulso de detección en todos los recién nacidos inmediatamente después del nacimiento usando una luz en la punta de un dedo de la mano o del pie. Si la atresia tricuspídea no se detecta antes del nacimiento, esta prueba mostrará que la sangre del bebé no transporta tanto oxígeno como debería. Luego, el equipo neonatal realizará otras pruebas, como un ecocardiograma junto a la cama, para encontrar el diagnóstico.
El tratamiento para la atresia tricuspídea se basará en las necesidades particulares del niño. El tratamiento suele incluir tres cirugías que se realizan a distintas edades. El tratamiento del recién nacido a menudo se basa en la cantidad de flujo sanguíneo que llega a los pulmones y al cuerpo:
Independientemente de la cirugía que se realice, los niños con atresia tricuspídea necesitarán más cirugías cardíacas:
Los resultados del tratamiento quirúrgico en tres etapas para la atresia tricuspídea generalmente son buenos. Las tasas de supervivencia anticipadas para los niños que completan las tres etapas de la cirugía rondan el 75% al 95%, dependiendo de los factores específicos de cada niño y de la atención que recibe.
La calidad de vida a largo plazo después de la operación de Fontan suele ser buena. Actualmente, los pacientes de mayor edad que se han realizado este procedimiento tienen 30 años y más. Sin embargo, puede haber complicaciones, incluidos problemas del ritmo cardíaco que requieren medicamentos o la colocación de un marcapasos. También pueden producirse problemas pulmonares, incluida una disminución en los niveles de oxígeno en sangre. Puede haber problemas digestivos debido a la pérdida de proteínas en las heces, que provocan hinchazón y retención de agua. Algunos pacientes, a pesar de que tienen buenos resultados después de las cirugías, podrían necesitar un trasplante de corazón o de pulmón más adelante en la vida.